PARADA Y FONDA – Luis López
Arranco con una coplilla: Para que cante el molino / y muela la molinera / debe venir el molero / y sacar la mejor piedra.
Solo se valora aquello que se conoce. Para el ojo profano la zona de Las Lanchas, en la Mata de San Blas de El Espinar, es un canchal berroqueño de curiosas formas aplanadas que se extiende escurriéndose por la ladera del monte. Ahí quedaron las rocas, pétreas, como untadas en la ladera de la montaña por el cuchillo del tiempo. Pero además estos berruecos guardan secretos datados entorno al siglo XVIII que se han ido diluyendo en la memoria colectiva hasta desaparecer. La intrahistoria de los pueblos suele quedar cubierta por el olvido. Eso debió de pensar José Luis Muñoz cuando distinguió por primera vez, escondida entre la maleza, cubierta de musgo, pinocha, tierra de escorrentía y retama, la inconfundible forma de una piedra de molino. Y después otra, y otra y otra… Sin saberlo, había descubierto una de las pocas canteras de piedras de molino de la provincia con sus muelas en distintos momentos de extracción. La llamada telefónica a Juan Sánchez Cubo, biólogo y divulgador local, no se hizo esperar y juntos, durante cinco años, han ido identificando hasta dos docenas de hallazgos en un área de algo más de tres hectáreas y un recorrido circular de cinco kilómetros. Ya se lo digo; es un deleite escuchar sus historias mientras que nos muestran con pasión la zona de cantería que ha quedado descrita en el libro “Molinos harineros de El Espinar y Vegas de Matute” escrito por el propio Juan y Pedro Bigeriego.

Fotos de Luis Dias. RedDot
La cantería es una de las actividades humanas más antiguas que podemos conocer. En el caso de las piedras de molino, el trabajo de la piedra comenzaba con la búsqueda de las mejores vetas y el estudio del “ser” de la roca; su dureza, sus capacidades, la calidad o… simplemente el cálculo del esfuerzo que habría de suponer sacar el producto de las entrañas de la tierra. La tradición familiar guardaba los secretos del trabajo bien hecho del molero como cantero especialista en piedras de molino; ahí radicaba el pan de la familia. Y la primera maestría era medir “los andares” del roquedo lo que se lograba con la experiencia del maestro. Las curtidas manos del molero, conocedoras de cada fisura del berrueco, trazaban una circunferencia de entre un metro y metro y medio sobre la roca madre, para después ir labrando un surco que perimetraba el anillo y que debía alcanzar la anchura deseada para la muela. Unas muescas entalladas que los canteros gallegos —muy comunes en la tierra alta segoviana— llamaban “buratos” facilitaban la introducción de cuñas de ordinario metálicas. Después llegaba el momento más sensible en el que no pocas piedras se rompían desperdiciando el trabajo; la extracción a golpe de maza, puntero, palanca y maceta hasta que el bloque se desgajaba. Ahí nacía la primera sonrisa del cantero. Después, una vez arrancada de la roca madre la muela —solera o volandera según su función en la molienda— se transportaba la piedra de más de tonelada y media, a costa del tiro de acémilas, hasta el molino donde se terminaba de labrar mediante el picado de las caras de contacto de las muelas y la ejecución pasante del ojo central para su instalación. Estos sí que eran trabajos duros.
El Ayuntamiento de El Espinar ha sido sensible a estos usos acreditados con las cicatrices en la piel del canchal, y por ello ha pedido a la productora RedDot, radicada en el municipio y especialista en estas cuestiones, un trabajo audiovisual divulgativo que impida que estas historias de nuestra tierra y de nuestra gente vuelvan a perderse. Bien.
Hoy podemos decir que las piedras nos hablan para contarnos historias olvidadas de los diecisiete molinos censados en el municipio espinariego dentro del Catastro del Marqués de la Ensenada y del esfuerzo de nuestros ancestros por sacar el pan de las entrañas del monte. Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos; esa es nuestra herencia.
Sigo cantando: Para que muela el molino / y muela la molinera / la harina sale del trigo / y la muela de la piedra.