Tras tres años de estudio ha conseguido plaza como Técnico del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado y se encuentra trabajando en el INAEM
Alejandro Souvirón Sánchez, vecino de El Espinar, ha logrado convertirse en uno de los 106 nuevos miembros del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado (TAC), considerado uno de los escalafones más altos del funcionariado español. Tras superar un riguroso proceso de oposición que le llevó tres años y un mes de dedicación, este joven de 30 años ocupa ahora un puesto en el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (INAEM), organismo dependiente del Ministerio de Cultura.
«Los administradores civiles del Estado son considerados los funcionarios predirectivos y directivos en el ámbito de la administración», explica Souvirón sobre un cuerpo que es conocido por su versatilidad y amplitud de funciones. A diferencia de otros funcionarios más especializados, los TAC pueden trabajar en cualquier ámbito de la Administración General del Estado.
El camino hasta alcanzar este puesto ha sido todo menos lineal. Souvirón comenzó estudiando el Grado en Historia en la Universidad Complutense, aunque inicialmente su deseo era cursar ingeniería de sonido, motivado por su experiencia con una banda musical en El Espinar. «Cuando entré en Historia ya desde el principio me di cuenta de que me gustaba, de que no me había equivocado, aunque ni siquiera hubiese prácticamente elegido», relata.
Tras completar sus estudios de Historia en Roma, donde realizó su trabajo de fin de grado, comenzó la carrera de Derecho. Sin embargo, fue durante la pandemia cuando replanteó su futuro profesional: «Me empecé a plantear un poco, como me imagino que un montón de gente, qué hacer con la vida ahora que nos hemos metido en casa».
Después de barajar distintas opciones profesionales, incluyendo un intento fallido de abrir una librería en Menorca, decidió presentarse a la oposición de TAC. «En un proceso así más o menos rápido me puse a mirar oposiciones, a hablar con unos, con otros… y así llegué a esta oposición», recuerda.
El proceso de preparación fue exigente. Souvirón comenzó a estudiar el 10 de mayo de 2021, dedicando unas 10 horas diarias durante todos los días de la semana, excepto los sábados. «Te pierdes todo tipo de planes, de vacaciones, tienes dos semanas de vacaciones al año. No puedes salir, tus amigos te dicen ‘oye, vamos a tomar algo’, pues es que si no es sábado no puedo», comenta sobre los sacrificios que tuvo que hacer.
A pesar del esfuerzo, el joven espinariego destaca que su experiencia no fue tan dura como la de otros opositores: «No diría que soy de las personas que más han sufrido estudiando, como decía al principio, yo soy una persona que le gusta estudiar, pero eso no quiere decir que no haya habido momentos muy duros».
Souvirón describe el proceso como «una montaña rusa» emocional: «Empiezas el lunes por la mañana, yo empezaba a estudiar a las ocho, de repente te concentras muy bien, te sabes el tema, lo recitas perfectamente y llegas a la comida súper a gusto, pero de repente por la tarde no sabes por qué, pues te ha sentado mal algo que has comido o estás un poco más cansado, no te concentras».
Un aspecto fundamental para mantener el equilibrio durante el proceso de estudio fue el entorno natural de El Espinar. «Yo creo que soy una persona en ese sentido muy afortunada. Una de las cosas en las que me fijaba mucho era a través de la ventana, pues iba viendo el cambio del tiempo», explica. «Es una sensación muy agradable, es una sensación casi bucólica».
El contacto con la naturaleza le proporcionaba un alivio necesario durante las largas jornadas de estudio: «Dices, ‘oye, estoy harto de estudiar’, me voy a subir al monte y entonces te pones, ni siquiera tienes que coger el coche, te subes desde aquí andando y en cinco minutos estás en una de las reservas de la biosfera de España».
Souvirón también estableció rutinas saludables, como nadar media hora diariamente en la piscina municipal climatizada, lo que le ayudó a mantener su bienestar físico durante el proceso.
Desde hace aproximadamente un mes y medio, Alejandro trabaja en el INAEM. «Estoy contento de estar ahí, un poco en el mundo de la cultura», afirma. «Si en los desayunos siempre se habla del trabajo, de qué estás haciendo, hacia dónde va la organización y hacia dónde va el equipo y la unidad, entonces si estás en recursos humanos en Hacienda hablas de personal, y en cambio donde estoy yo pues se habla generalmente de teatro, de música, de arte, y entonces es muy satisfactorio, es realmente agradable».
Como consejo para futuros opositores, Souvirón recomienda perseverancia y paciencia: «Es una carrera de fondo, hay que perseverar. No te obsesiones cuando tengas un mal día». También destaca la importancia de establecer «cortafuegos» para evitar que un mal día de estudio afecte al siguiente.