Vecinos y comerciantes cuestionan el vaciado de la presa de El Tejo a las puertas del verano mientras la obra de abastecimiento alternativo sigue sin estar lista
“El vecindario tendría que movilizarse. Hay que parar esto hasta que haya medidas correctoras claras”
Tras el primer vaciado de la presa de El Tejo en el que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha reducido en un 34% el volumen de agua, entre la población local, las dudas no cesan. Pilar, vecina de La Estación de El Espinar, recuerda que “el alcalde dijo que no pensaban que hubiera cortes de agua, pero yo creo que sí va a haberlos”. Aunque comprende que “tarde o temprano hay que arreglar la presa”, señala que “quizá el verano no sea el mejor momento”.
Pedro Rodríguez, uno de los gerentes del Restaurante Plaza de San Rafael, se muestra tajante: “No entiendo como se comienzan las obras sin tener listo ni probado el bombeo desde Revenga. Esta zona en verano triplica su población. Se podría haber hecho antes”.
Juan Frutos Sánchez, que regenta un vivero en el núcleo de La Estación, se muestra especialmente crítico: “Con este año tan lluvioso y el pantano a tope, no entra en mi cabeza vaciarlo justo ahora. Es un error”. Añade que “si no ha habido problemas con el pantano lleno, ¿qué sentido tiene vaciarlo en pleno verano, justo cuando más se va a necesitar el agua?”. En su opinión, “el vecindario tendría que movilizarse. No es una cuestión individual, sino colectiva. Esto hay que pararlo hasta que se comuniquen con claridad las medidas correctoras”.
Frutos alerta también del impacto económico: “En verano se multiplica todo, la población, el consumo y la actividad. Las empresas vivimos del turismo y la temporada alta. Que ahora nos hagan esto, sin tener lista la canalización alternativa, es de locos”. Aunque cuenta con un pozo propio en su negocio, explica que deberá regar a mano para evitar presión en la red y lamenta que “no haya un plan claro ni se haya informado bien al pueblo”.
Desde Frutas Teo en San Rafael, Sergio, uno de los gerentes, apunta que “nos da miedo quedarnos sin agua”, mientras en una de las peluquerías del pueblo aseguran que “lo podían haber hecho en otra época” y que hacerlo ahora es “fatal”.
Piscinas, jardines y negocios en el punto de mira
La preocupación se extiende más allá del consumo doméstico. Paco, vecino jubilado, expresa su preocupación desde una perspectiva doméstica: “Nos preocupa todo, pero sobre todo quienes tenemos un jardín o un pequeño huerto. Después de invertir y cuidarlo, quedarnos sin agua sería un golpe”. Paco ya ha notado cambios en la calidad del suministro: “Al llenar la piscina, el agua venía con mucho cieno, como cuando está muy removida”. Aunque su riego es automático y no ha detectado variaciones en la presión, teme lo que pueda pasar si el verano es seco y aumentan las restricciones.
Manoli Gálvez, veraneante con vivienda y piscina en una urbanización local, lamenta la incertidumbre: “Podían haberlo hecho antes o después del verano. No se sabe qué va a pasar. Yo creo que luego no pasará nada, pero hay muchas dudas”.
Antonio Yagüe, pastelero de la localidad, también transmite su incertidumbre: “Si el verano viene seco, después de haber desembalsado tanto, en agosto podríamos tener muchas restricciones de agua”. Aunque su pastelería no es el negocio más afectado directamente, advierte que otros comercios como floristerías o negocios de jardinería sí lo notarán mucho más. “Nosotros no hemos preparado nada, porque tampoco sabemos qué va a pasar. No te puedes montar un depósito sin saber qué restricciones van a aplicar”, comenta. Yagüe subraya la importancia del verano para la economía local: “Es la época más fuerte para todos los comercios, con más visitantes y más gasto. Si se ponen trabas, siempre afecta para mal”.
Inversiones pendientes
La CHD defiende que esta actuación es imprescindible para la seguridad estructural de la presa, recordando que las prioridades técnicas prevalecen sobre otros criterios. Aun así, la canalización desde Puente Alta, que debería garantizar el abastecimiento alternativo al municipio, sigue sin estar finalizada. En palabras de una vecina entrevistada: “Confío en que lo estén haciendo bien, pero claro que tenemos preocupación. Nadie nos ha explicado todo con claridad”.
Un verano con más incertidumbres que certezas
Aunque el operativo técnico continúa sin incidentes y el vaciado ha cumplido su primer objetivo, la inquietud vecinal crece al mismo ritmo que bajan los niveles del embalse. Con un verano por delante y sin alternativa plenamente operativa, El Espinar se prepara para afrontar semanas decisivas. El agua, más que nunca, es motivo de desvelo.