Llega el verano. Para muchos, sinónimo de vacaciones, juegos, piscina, playa y descanso. Pero a 2.250 km de El Espinar, en Tinduf (Argelia), la realidad es muy distinta. Allí se encuentran los campamentos de refugiados saharauis, donde las condiciones en esta época del año son especialmente duras. Durante estos meses, las temperaturas pueden llegar hasta los 50 ºC, lo que imposibilita las labores cotidianas.
Pero para algunos afortunados, hay un remanso de paz: el programa Vacaciones en Paz. Este proyecto, que lleva funcionando desde 1979 por iniciativa del Partido Comunista de España, permite que durante dos meses (julio y agosto), un grupo de niños saharauis (entre los 8 y los 12 años) venga a España, acogidos por una familia.
En Segovia, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui lleva más de una década organizando este programa. Este año, 7 niños y 3 niñas serán acogidos en diversas localidades de la provincia: Trescasas, Adrados, Carrascal del Río, Santiuste de San Juan Bautista, Fuentesaúco de Fuentidueña, Segovia y El Espinar, donde se encuentran Brahim, Hafdala y Said.
El objetivo es, entre otros muchos, que los menores puedan acceder a reconocimientos médicos, el aprendizaje y práctica del castellano, la integración en una cultura diferente, mejorar las condiciones alimentarias o disfrutar de un verano con temperaturas más bajas a las que están acostumbrados. “Solo llevándole a hacer un chequeo médico, pueden ver si tienen alguna enfermedad que allí no pueden ver. Les puedes ofrecer un dentista o hasta unas simples gafas, cosas que nosotros tenemos a nuestro alcance, se convierten en privilegios”, dice Paula, que ha acogido a Said por primera vez este verano.
“El primer año fue muy muy duro, costaba que se acostumbrara a la cultura y a las ‘normas’, pero ahora, que es el tercer verano, sabe el idioma, conoce a la gente, las reglas…”, apunta Ana, que junto a su hermana acogieron en el verano de 2022 a Hafdala, quien ya ha venido a lo largo de tres años.
Este programa, además, contribuye a visibilizar la causa del pueblo saharaui, con la que España tiene una deuda histórica. Esto se debe a que el Sáhara Occidental fue una provincia española, conocida como provincia 53. Hasta que en 1975 tuvo lugar la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, en los que España cedió la administración del territorio a Marruecos y Mauritania (lo que es ilegal según el Derecho Internacional). Esto dio lugar a una guerra y a la Marcha Verde, la invasión militar de Marruecos sobre el Sáhara.
Naciones Unidas lo ha calificado como un Territorio No Autónomo pendiente de descolonización y ha solicitado en numerosas ocasiones que se realice un referéndum de autodeterminación, pero la situación sigue enquistada desde hace 49 años. De esta forma, el pueblo saharaui vive repartido en los territorios ocupados por Marruecos, en la diáspora o en Tinduf, en una parte de desierto cedido por Argelia, donde las condiciones son inhóspitas y se encuentran cientos de miles de saharauis.
“Recomendamos a las familias que acojan a niños saharauis, creemos que tenemos mucho que darles, pero la realidad es que cada septiembre ellos dejan mucho más aquí, en nuestros corazones”, dice emocionada Lucía, cuya familia es el tercer verano que pasa con Brahim.
Más allá de las dificultades que pueda acarrear, de las diferencias culturales y lingüísticas, todas las familias coinciden con Paula: “Es una experiencia inolvidable, inexplicable”.
Adriana López
Vicepresidenta Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Segovia