Se han quemado cerca de 3 hectáreas en la zona entre el Collado Marichiva y los Ojos del Río Moros
El municipio de El Espinar vivió ayer momentos de mucha tensión e incertidumbre. Una columna de humo en plena Garganta del Río Moros hizo temblar a los vecinos y vecinas de la localidad. El incendio comenzó en torno a las 18:30h de la tarde en un punto entre el Collado Marichiva y los Ojos del Río Moros, en concreto en una zona intermedia entre Marichiva, Peña Bercial y el Cerro Minguete. Una zona de difícil acceso para vehículos terrestres, a unos 250 o 300 metros de la pista forestal circular de La Garganta, pero con una pendiente muy elevada. Por lo que no solo era difícil el acceso para los coches y los camiones, sino también para todo el operativo que acudió a pie al lugar del incendio.
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Un rayo latente caído en la tormenta del lunes fue el causante del origen de las llamas
Tal y como indican desde el operativo del incendio, un rayo caído en la tormenta del pasado lunes 29 de julio fue el causante del inicio de las llamas. Los rayos latentes, o durmientes, son aquellos que caen en un árbol y no se manifiestan hasta que se dan las condiciones idóneas. “Hay rayos que aguantan hasta quince días sin dar la cara. Cuando tienen las condiciones idóneas, es cuando se van quemando las raíces poco a poco, y cuando tiene una zona que está más despejada de vegetación o de mantillo es cuando dan la cara y cogen la fuerza”, asegura José Luis Muñoz, agente forestal municipal.
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José Luis fue una de las primeras personas en llegar al incendio. El agente forestal y vecino del municipio asegura que los primeros momentos fueron complicados: “lo vi muy mal, porque vi que cogía demasiada fuerza, que estaba en una zona de muy difícil acceso, que no íbamos a poder llegar con coches, y cerca de una zona que podía hacer de embudo, meterse el incendio hasta los Ojos del Río Moros y pasar hacia la zona de Valsaín. Se pudo liar una bastante gorda”.
Pero en los momentos de mayor intensidad de las llamas, sobre las 19:15h, en los que la columna de humo mantuvo en vilo a todo el municipio, la labor de los helicópteros, la ubicación de las llamas, muy cercanas a los pantanos, el trabajo de las cuadrillas terrestres… permitieron controlar el fuego y que no se expandiera más. “El punto de agua tan cercano da una cadencia de descargas buenísima. Y enseguida llegaban los helicópteros, y los de Madrid nos echaron una mano muy buena, mandaron los medios muy bien. Con tiempo para que no nos quedáramos sin helicóptero en ningún momento. Los FOCAS (aviones diseñados para incendios forestales) hicieron un gran trabajo de última hora, cuando se fueron los helicópteros. Y bastante gente trabajando. Lo que pasa es que es una zona complicada, y no hay manera de subir agua ahí arriba si no es con helicópteros y con aviones”, asegura el agente forestal.
Más de 40 medios desplegados en el incendio
Hoy, con el incendio controlado, los agradecimientos tienen nombres y apellidos, y son los más de 40 medios desplegados desde diferentes comunidades e instituciones y el gran número de vecinos del municipio que colaboraron en la extinción. En concreto, hasta el incendio han acudido 11 helicópteros e hidroaviones, 2 bulldozer, 5 cuadrillas terrestres, 5 camiones autobomba, cuadrillas helitransportadas de ELIF (Especialistas en Lucha contra Incendios Forestales) y BRIF (Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales), agentes forestales municipales, operarios del ayuntamiento, cuadrillas, Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil… Un operativo, que completaron los grupos de vecinos de la localidad que fueron a ayudar en la extinción de las llamas y controlar el incendio rápidamente. “Hay gente del pueblo que hizo un trabajo bestial, o sea, un trabajo bestial, bestial. Se implicaron mucho, había mucha gente del pueblo y se notó bastante”, asegura José Luis Muñoz.
La labor de los medios desplegados, la ayuda de los vecinos del municipio, la ubicación del incendio muy próxima a los pantanos, el viento de baja intensidad… en definitiva, una serie de factores y el trabajo de todos los profesionales y las personas que se acercaron hasta este punto de La Garganta han conseguido que hoy en El Espinar no se hable de una catástrofe de palabras mayores.