Pedro Luis Arribas y su compañero Antonio Bernardos han recorrido cerca de 2.000 kilómetros en tierras marroquíes con su Fiat Panda
El mecánico espinariego, Pedro Luis Arribas, y su compañero de aventuras Antonio Bernardos, han completado una nueva andanza, esta vez en tierras marroquíes. En concreto, han completado con éxito la Panda Raid 2024. Una prueba en la que han realizado casi 2.000 kilómetros en 6 etapas atravesando prácticamente todo Marruecos. Y no solo han completado la prueba, sino que han quedado en una posición muy destacable teniendo en cuanta que es la primera vez que se enfrentan a esta carrera. Quedaron en la posición 68 de un total de cerca de 400 participantes. Y pudieron quedar mejor clasificados, si se tienen en cuenta los dos errores que cometieron durante la competición. Un radar de la organización que les cazó sobrepasando la velocidad permitida cuando pasas por los poblados y que les supuso una sanción de 500 puntos, y un puesto de control del que se quedaron a 20 metros atrancados en la arena y perdieron mucho tiempo. Si esto no les hubiera ocurrido, hablaríamos que estarían ocupando una plaza entre los 20 mejores clasificados. Nosotros charlamos con nuestro vecino espiariego a su vuelta de esta increíble experiencia:
P: ¿Qué balance haces en general de vuestra participación en la Panda Raid 2024?:
R: Para repetir. Ha estado muy bien todo, fenomenal. Lo repetiremos otra vez, sin duda, el año que viene, ya lo estamos preparando de hecho”
P: ¿Cuáles han sido las mayores dificultades a las que os habéis enfrentado?
R: La mayor dificultad la navegación, y luego pues la arena del desierto, porque tienes que ir con mucho cuidado, hay muchas zonas que hay una arena muy muy fina, que te atrapa, es peor que la nieve, 200 veces peor que la nieve, y te atrapa de una manera…. Y la navegación ya le vamos cogiendo el ritmo, pero es complicado, hay pasos que es complicado porque hay muchas rodadas, hay rodadas que ves, otras que no ves… un día nos cogió una tormenta de arena y las rodadas por donde pasabas se borraban al segundo, no veías más allá de las narices… la tormenta de arena fue una experiencia curiosa, dura, pero bueno, curiosa. La etapa la acabamos bien y ya está, muy bien.
P: ¿Qué problemas en concreto os han surgido y cómo los habéis solucionado?:
R: La verdad que problemas serios no hemos tenido. Dos pinchazos. Pinchamos dos días en un río seco de estos que tienen mucha piedra suelta, mucha piedra de tipo volcánica. Íbamos con cámara, quitamos las cámaras, las pusimos sin cámara y nada, ningún problema más.
P: De las etapas que habéis realizado, ¿cuáles destacarías?:
R: Las que más destacaría sería las del desierto, la de Merzouga. Y luego pues el Atlas. El Atlas era montaña, gargantas subiendo para arriba, pasamos un bosque de cedros muy bonito, con nieve nos pilló el Atlas… y las de arena pues muy bonitas también, con las dunas, que parece que no estás en ningún lado, luego sales, ves civilización y parece que vas en mitad de la nada.
P: ¿Qué tal te has compaginado con tu compañero Antonio Bernardos?:
R: Muy bien, la verdad que muy bien. En las etapas él hacía las cronometradas y luego nos turnábamos para conducir durante la navegación. Nos hemos compenetrado muy bien, no hemos tenido ningún problema de ningún tipo ni nada. Y eso que pasábamos muchas horas dentro del coche. La etapa más larga que hicimos fueron 10 horas y 20 minutos.
P: Anécdotas habrá muchas. Una que me comentabas antes de empezar la entrevista fue una helada que os cayó:
R: Nos cayó una helada en el campamento, estábamos en la tienda de campaña, con un frío de la leche y joder, ¿qué pasa aquí? Claro, nos levantamos por la mañana y estaba todo helado, o sea, los cristales del coche nos tocó rascarles como si estuviéramos aquí en El Espinar.
Y luego en el Atlas pues también estaba nevado todo, lo que pasa que estaba la nieve blanda y fue muy divertido. En cuanto a más anécdotas, pues nada, el convivir con la gente en los campamentos, donde nos duchábamos, desayunábamos y luego ya cenábamos. Las comidas las hacíamos fuera. Parábamos donde podíamos si teníamos tiempo y sino aguantábamos del tirón con lo que fuera.
P: ¿Cómo os recibía la gente local?:
R: Los niños como locos, haciendo señas para que pararas. La verdad que la gente muy bien, no hemos tenido ningún problema con la gente y, lo que te digo, cuando pasabas te hacían así (haciendo el gesto con la mano de aminorar la velocidad) como para que aflojaras, que pararas, pues para darlos algo, lo que fuera. Nosotros llevábamos unos cuadernos y unos bolígrafos y se lo dábamos a los niños cuando podíamos parar, claro, porque había sitios que no podías parar.
P: ¿Qué te traes de la Panda Raid?:
R: Me traigo todo, la verdad que he venido encantado de la vida, he venido nuevo. La verdad que la gente te trata muy bien, hemos comido fenomenal, los paisajes, pues todo… todo muy bien.
P: ¿El coche que te has aportado?:
R: El coche fenomenal, muy bien, no hemos tenido ningún problema. A mí como me gusta esto de la mecánica, pues claro, por las noches me iba al campamento, que había un taller móvil allí, vamos, un camión de recambios que tenían piezas para el panda, y luego había mecánicos marroquís, 26 mecánicos marroquís, que iban allí todos los días y era un desastre… me daban una pena los coches… muchos coches con cajas de cambio, motores, transmisiones, ballestas… averías de todo tipo.
P: La guinda del viaje, la visita sorpresa de tus amigos espinariegos Ignacio Sanz, David Aguilera y Álvaro López-Amor, ¿no?:
R: Eso fue ya la leche. Cuando llegamos a la meta y estaban esperando… ver ahí a los tíos fue… una sorpresa muy grande.
P: ¿Cómo fue exactamente?:
R: Estábamos a punto de cruzar el arco de la meta y se empezó el coche a menear para un lado y para el otro. Y digo, “joder, ¿qué pasa aquí?”. Pensé, “los compañeros que vienen delante… pero no, porque son muy pacíficos”. Y ya cuando miro y los veo pues imagínate que sorpresa. Una sorpresa muy grande.
P: ¿Qué supone para ti llevar la bandera de El Espinar en este tipo de experiencias?:
R: Es un orgullo, llevar la bandera a mi pueblo, pues un orgullo. Me la llevé a raíz de ver a unos amigos de Lanzarote que siempre que hacíamos una foto sacaban su banderita. Y en esta ocasión no se me pasó meter en la mochila la bandera de mi pueblo.
P: A futuro Pedro, ¿más aventuras de este tipo?:
R: Sí, este año queremos hacer otra, no sé si la Iberia Classic. Y luego la Panda Raid la queremos repetir, porque es una experiencia muy bonita, muy bien con la gente y con los compañeros, ha estado fenomenal.
P: Muchas gracias por tu tiempo, y seguiremos atentos a vuestras aventuras:
R: Gracias a vosotros.