ARCHIVO MUNICIPAL – Yolanda González Gómez (Jefa del Archivo Municipal de El Espinar)
Estos tres años serán los que revisemos en este artículo, tras bucear en la documentación del Archivo Municipal y sobre todo en la serie de los Libros de Plenos. Años de grandes dificultades económicas para la población y de cambios en la vida política a nivel nacional y a la vez a nivel local, años difíciles, que con la lucha y el trabajo, fueron superados.
¿Qué ocurrió en El Espinar en este tiempo? Pues bien, nuestros dirigentes fueron D. Ildefonso Quiros (1866), D. Gregorio Núñez (1867) y D. Tomás Yagüe (1868) y los hechos que se van a relatar se desarrollan en El Espinar y en España.
En primer lugar, decir que la situación económica del municipio en este momento era deplorable, debido a los pocos recursos que ingresaban en las arcas municipales, sin los cuales era imposible cubrir los gastos y atender a las obligaciones que pesaban sobre el Ayuntamiento. Así que las primeras medidas que se tomaron para hacer frente a esta situación fue la de “suprimir una de las plazas de peón caminero, que prestaba sus servicios en torno a la carretera que conduce de Madrid a Segovia, así como la de suprimir las plazas de dos guardas de montes y haciendo que los restantes individuos que cumplían sus servicios como peones camineros y guardas de montes cobrarán un sueldo de seis reales diarios, en vez de los siete y siete cuartillos que antes percibían” (Pleno 1-03-1887).
Y como los problemas iban en aumento, había que solicitar las ayudas correspondientes a los distintos organismos:
- La clase jornalera, sin ocupación, necesitaba adquirir recursos para cubrir las necesidades de su vida, sin embargo estando este municipio sin fondos e intereses precisos e indispensables para ofrecerles trabajo con que facilitar el sustento a sus familias y teniendo autorización para componer el camino vecinal de El Espinar a Navas del Marqués, obra que se había empezado y en ella tenían ocupados a 97 braceros, braceros que por falta de fondos en las arcas, no podrían ofrecerles jornal para dos semanas más, se acordó que para evitar “la caridad entre los trabajadores, pedir al Gobernador 600 escudos de fondos provinciales… para con ellos continuar ocupando a los jornaleros” (Pleno 29-03-1867).
- Los empleados del Ayuntamiento ante la situación económica crítica por la que estaban pasando, al no percibir “ni la quinta parte de sus asignaciones de dos o tres años, rogaban se les proveyera de un socorro para proporcionarse el pan de que carecían durante dos, tres y más días”. Además, los vecinos pobres enfermos “faltos de dinero para la curación de sus dolencias, solicitaban los medios para la compra de medicamentos recomendados por el médico”, por todo ello se acordaría solicitar “al Gobierno el aprovechamiento de 12.300 pinos con cuyo importe 184.000 reales, o sea, 18.400 escudos se conseguiría un cierto desahogo”. (Pleno 6-07-1867).
Y es que aunque las cosas no fueran del todo bien, también había que cumplir las leyes, por lo que se acordó que atendiendo a la Ley de Ayuntamientos era preciso nombrar un Depositario de Fondos Municipales, por lo que se decidió “nombrar a algún individuo de arraigo, criterio y honrado y a la vez vecino de la población” (Pleno 20-1866).

Imagen de la iglesia de El Espinar. Fuente – Archivo Municipal
Los medios que hasta entonces habían contribuido a activar la vida de este pueblo, ni siquiera podían reactivar su economía. Los aprovechamientos forestales del año 1866 tenían la finalidad de cubrir todas las atenciones municipales: leñas para los hogares, 2000 arrobas de carbón de pino combustible para las fraguas de los herreros, los pinos necesario para cubrir 1160 escudos para atender la composición de un trozo de camino vecinal a las Navas del Marqués, los pinos necesarios para cubrir 49.000 escudos de gastos del presupuesto, la corta y carboneo de las matas de roble para obtener 2000 escudos y los pinos necesarios para la composición de un pajar en ruinas en la entrada de la Garganta (Pleno 21-04-1866). Sin embargo, la mayor parte de los pinos no fueron señalados y no se tuvieron fondos para cubrir esas atenciones del presupuesto ni la de los empleados, las obras se paralizaron, así como los trabajos públicos. (Pleno 24-10-1886).
Desde el punto de vista DEMOGRÁFICO, la crisis afectó en el número de habitantes de esta zona siendo de 1.989 en el año 1860 y 1.654 en el año 1868. (Pleno 18-01-1868).
A nivel SANITARIO, siempre hubo un compromiso entre autoridades y vecinos para impulsar este sistema, teniendo en cuenta como se gestionaba la contratación de los facultativos y los controles que se hacían. En 1866 la Junta Provincial de Sanidad, a través del Gobernador de la Provincia, mandó una lista de seis aspirantes a la plaza de Médico-Cirujano titular, vacante en esta zona, para que fuera elegido por el Ayuntamiento, acordándose pagarle la suma de 540 escudos por parte de los vecinos más acomodados y 720 escudos como arbitrio municipal. Por el contrario, al finalizar el contrato otorgado “entre el Municipio y el Cirujano, dedicado a la asistencia facultativa quirúrgica, se acordó anunciar la vacante de cirujano clasificado de segunda, por el número de pobres que tenía que atender, con una cantidad de 240 escudos por prestar asistencia gratis a 200 familias pobres y a este Ayuntamiento en los casos de oficio y respecto a los vecinos más pudientes quedaba en libertad de contratar con ellos lo correspondiente para prestarles asistencia”. (11-11-1868).
En estos mismos años se decidió dejar vacante la plaza de farmacéutico titular de la villa “por el descontento general observado en el vecindario por el carácter del farmacéutico lo cual llevaba a la gente a traer las medicinas de las oficinas de los pueblos limítrofes”, la plaza se cubrió un año después. (Pleno 20-08-1866).
Atendiendo a la EDUCACIÓN, se constituyó la Junta de Instrucción Primaria, formada por el cura párroco, un regidor síndico y dos ternas de padres de familia, además de un concejal (Pleno 19-06-1868). Junta que junto con la Corporación y atendiendo a la Ley de Instrucción Pública del momento, determinó que el municipio se hiciera carga del pago de la retribución escolar para los maestros de niños y niñas, acordándose pagar 180 escudos a cada maestro con la obligación de suministrar la enseñanza gratis a todos los niños de 6 a 13 años de edad, hijos de vecinos. (Pleno 1-08-1868).
A nivel de GANADERIA, se acordó con los ganaderos del pueblo dejar de satisfacer anualmente 66 reales a la Sociedad de la Mesta, considerando que no reportaba ningún beneficio a la clase ganadera, con lo que se pidió la separación de la Sociedad y del pago que iban haciendo. (Pleno. 26-07-1868).
Pero independiente de todos los problemas, la SOLIDARIDAD, era algo intrínseco a la población. Con motivo de los terremotos ocurridos en Filipinas y Puerto Rico, se acordó “por el Ayuntamiento crear una Junta y recoger donativos para socorrer la miseria de los habitantes de las islas”. (Pleno 10-01-1868).
La distancia pues, no era obstáculo para que la población se enterara de lo que pasaba fuera de sus límites y menos cuando la noticia se encontraba en su mismo país. Así en el Pleno de 1 de octubre de 1868, “se procedió a la lectura del boletín sobre una circular dirigida a los segovianos por parte de los miembros de la Junta Revolucionaria de la Capital en la que manifestaban su adhesión a la Revolución Iniciada en Cádiz por la marina de guerra, al grito de la Libertad, Soberanía Nacional y Moralidad, secundada por el pueblo de Madrid y por toda la Nación”. Se ordenó al Secretario que en uno de los balcones del Ayuntamiento arengase al pueblo, pronunciando la siguiente arenga:
“Espinariegos: hoy día de gloria y honor para nuestra España, hemos conseguido romper las cadenas del egoísmo para llegar a la libertad. La libertad tiene sus leyes y nos demuestran el camino de la honradez, la fidelidad y el orden. No abusemos de ella si deseamos vivir tranquilos y gozosos en la patria y en nuestras familias… en obsequio de ella digamos: viva la soberanía nacional. Viva la libertad”.
Se ordenó se hiciesen repiques de campanas y otros actos públicos demostrativos de júbilo. Acto seguido se acordó por los vecinos destituir el Ayuntamiento, nombrando una Junta de Gobierno Revolucionaria, Junta que pocos días después nombraría por orden del Ministro de Gobernación el nuevo Ayuntamiento cuyo alcalde fue D. Tomás Yagüe (Pleno 17-10-1868).
El Espinar tiene su historia, sus protagonistas son sus habitantes y visitantes y gracias a su afán de superación, su tesón por ayudarse entre sí y su idea de trabajo al servicio de los demás, les ha convertido en los mejores descendientes que cualquier población desearía, teniendo en cuenta el enorme patrimonio que conservaron para disfrute de las generaciones actuales.