Varios de sus familiares fueron los pregoneros de las fiestas en memoria del vecino de la localidad recientemente fallecido
Las fiestas de San Rafael han sido un gran homenaje y recuerdo a Justo Postiguillo Gómez, vecino de la localidad recientemente fallecido, que tan involucrado estaba en la vida festiva y cultural del pueblo. Una persona entrañable y, como se ha podido comprobar durante la semana de fiestas, muy querido por todos.
Francisca y María Ascensión. hermanas de Justo Postiguillo, con la placa conmemorativa
El primer homenaje se realizó el primer día de las fiestas, en el que varios de sus familiares fueron los protagonistas del pregón que daba comienzo a la semana festiva. Un pregón en memoria de Justo Postiguillo que su sobrino, Isaac Antón Postiguillo, sigue recordando con emoción: “se me siguen poniendo los pelos de punta solo de recordarlo… como todo el pueblo le tiene en su memoria, y le guarda ese cariño, sobre todo, en las fiestas. Él vivía por y para las fiestas del pueblo”.
Fue uno de los socios fundadores de la primera peña de San Rafael, la Peña La Escoba, hace más de 50 años; también, uno de los creadores de la Escuela de Dulzaina, aunque nunca aprendió a tocarla; un pilar fundamental en el CD Arcángel, siendo un “hombre multiusos”, ya que fue jugador y fundador del equipo, utillero, el que pintaba las líneas, recogía los vestuarios, hacía de taquillero… en definitiva, Justo ha sido una persona que ha dejado huella en San Rafael.
Isaac Antón Postiguillo durante su discurso en el pregón
“Justo era una persona para conocerla. Nadie en el pueblo te puede hablar mal de él. Era una bellísima persona”, explica Isaac. Además, el jueves de pandas, la Peña La Escoba realizó un homenaje al que se unieron las demás peñas y pandas de San Rafael, “en el que más de 200 personas llevaban una pegatina con su cara en el pecho… pues eso es muy, muy emotivo”, aseguraba el sobrino de Justo emocionado.
Homenaje a Justo Postiguillo en la becerrada de pandas de San Rafael
“Nos estará mirando desde arriba con una sonrisa y diciendo «anda, déjate de tonterías», porque era una persona que tampoco le gustaba mucho hablar… pero tenía un corazón… Siempre ayudaba en todo, a todo el mundo. Y en la peña, podría salir hasta tarde, pero estaba el primero en las actividades de los niños, siempre”, concluía Isaac.
