EL TIEMPO ES NOTICIA
Fernando Villalba Pinto
2024 ha sido un año con una gran presencia de información meteorológica. Ha estado caracterizado por el trágico episodio de la DANA, el mal tiempo durante la Semana Santa o las intensas lluvias que aliviaron parcialmente la situación de grave sequía que sufría gran parte del país durante la primavera.
Sin embargo, en lo que respecta al municipio y a la provincia de Segovia, no ha sido un año especialmente destacable por episodios meteorológicos de alto impacto ni, nuevamente, por las copiosas nevadas.
En conjunto, 2024 ha sido un año muy cálido (11,8ºC en promedio), concretamente, el tercero más cálido desde que se comienzan a tomar registros en la fábrica de maderas de San Rafael en 1986. Tan sólo superado por 2022 (12,2ºC) y empatado con 2023. Un carácter térmico muy similar al del promedio de la España peninsular, consolidando la tendencia al alza de los últimos años, especialmente de los tres últimos.
Tres meses (enero, agosto y noviembre) fueron en 2024 los más cálidos jamás registrados en el observatorio, anomalía a la cual se suma el hecho de que solamente el mes de junio fue ligeramente fresco (0,2ºC inferior a la media). El resto de meses igualaron o superaron su media térmica establecida con el período de referencia 1991 – 2020. El 8 de enero se registró la temperatura más baja del año, -4,8ºC (a falta de los datos de diciembre) y el día de Santiago Apóstol la más alta: 35,3ºC.
A diferencia de la media de precipitaciones nacional, que terminó el año con cierto superávit, en el Espinar llovió un 10% menos el año pasado. El mes más lluvioso en relación con su climatología fue junio, cuando cayó más del doble de la cantidad esperable, lo cual permitió extender hasta bien entrado el verano el verdor en el campo. En el lado opuesto, el mes más seco fue julio, en donde no se registró precipitación. De hecho, el municipio pasó dos meses consecutivos sin precipitaciones, desde el 29 de junio hasta el 29 de agosto. Y, curiosamente, el verano meteorológico resultó ser más lluvioso de lo normal, ya que, principalmente gracias a las lluvias de junio, se acumularon casi 100 mm, superando ampliamente la media de 70 mm.
No fue un año de nieves; apenas se registraron nevadas relevantes que perduraran en el suelo varios días. La nevada que mayor espesor se produjo el 3 de marzo, con 9 centímetros medidos.
Otros registros recogidos de estaciones online fiables pero no oficiales, propiedad de aficionados a la meteorología y otras instituciones en todos los núcleos del municipio ofrecen algunos datos interesantes. La estación perteneciente al sistema SAIH de la confederación hidrográfica del Duero en Campo Azálvaro registró la temperatura más baja del municipio, -5,2ºC. En El Espinar, una estación registró 534 mm o litros por metro cuadrado de lluvia durante el año y en Los Ángeles de San Rafael, 511, unas cifras algo inferiores a la de la fábrica de maderas de San Rafael, donde se superaron los 600.
La ráfaga de viento más fuerte registrada en Las Praderas, en San Rafael, fue de 90 kilómetros por hora, el 29 de octubre y de dirección sureste.
Aprovecho estas líneas para comentar que estaremos encantados de recibir, por medio de este periódico, cualquier aporte, comentario o dato meteorológico que contribuya a conocer mejor el clima local de El Espinar.
Por último, reseñar que el año terminó con un mes de diciembre muy seco, estable y soleado, comportamiento que se prolongó hasta el comienzo de enero y que va en la línea de lo ocurrido a estas alturas en los últimos inviernos, en donde no hemos tenido blanca Navidad pero no faltaron las heladas nocturnas.