Esta mañana se ha realizado la inauguración oficial del centro que gestiona la ONG Cesal
A pesar de que su actividad comenzó en febrero del 2023, esta mañana se ha realizado la inauguración oficial de la Residencia Nazareth como centro del sistema de protección internacional del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Un centro que gestiona la ONG Cesal y que actualmente cuenta con 126 personas refugiadas. A la inauguración acudieron, entre otras autoridades, la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, el director general de Cesal, Pablo Llano, autoridades representantes de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de El Espinar.
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El director del centro, Alberto Hervías, asegura que “dentro del marco de asilo y refugio acogemos a todos los solicitantes de Protección Internacional. Y lo que hacemos es una atención integral de cara a integrarlos plenamente en la sociedad”. Con la capacidad del centro prácticamente al 100% desde que arrancaron con su actividad, y un perfil de los refugiados mayoritariamente familiar, con un gran número de menores (entre el 30 y el 40% del total), Hervías asegura que los primeros meses “han sido difíciles, ha sido un reto, pero lo hemos ido superando. Es cierto que también la acogida de El Espinar, la acogida de los ciudadanos e incluso en el primer sitio que estuvimos hospedados ha sido muy positiva, luego ha hecho mucho más fácil la integración en el pueblo”.
Durante estos primeros meses, el director del centro señala que se han ido rompiendo barreras y clichés que se crearon con la llegada de los refugiados al municipio. “La relación que hemos tenido, el día a día, tanto con los usuarios, con la administración pública, los trabajadores sociales, sanidad, colegios, etcétera, ha ido rompiendo esas barreras, que hay que reconocer que han sido muy pocas en este pueblo y la verdad es que estamos encantados de estar aquí”, explica Alberto Hervías.
“Nuestros menores participan en la vida social a través del colegio, los mayores hacen cursos de formación, y luego, evidentemente, encuentran puestos de trabajo y, además, ampliamos con el programa de empleo rural. Y la verdad es que, bueno, pues está siendo algo muy positivo”, comenta el director preguntado por la integración de las personas que han llegado al municipio.
A las personas del municipio que se muestran reticentes a la llegada de este centro, Hervías les invita a “que vengan para que rompan esos clichés y se acerquen a nosotros desde otra mirada, una mirada mucho más cercana y una mirada mucho más desde el punto de vista del refugiado”. Aunque no se ofrecieron las cifras detalladas de la cuantía que se gestiona en el centro, el director asegura que “el presupuesto es el adecuado para que podamos trabajar bien”.
“Este es un proyecto a muy largo plazo, acabamos de comenzar, hemos venido para quedarnos y pensamos estar mucho tiempo”, asegura. Las personas que llegan al centro tienen un periodo de acogida de entre 6 y 18 meses, pero a pesar de que terminen su proceso de integración, desde Cesal les siguen acompañando y ofreciéndoles su asistencia. “Al final lo que hacemos es enriquecer la zona con nuevos niños, nuevas familias, nuevos puestos de trabajo”, concluye el director.
Génesis: “En medio de tanta oscuridad siempre hay una luz”
Génesis es una mujer venezolana que estuvo en el centro de personas refugiadas de El Espinar. Tanto ella como su marido encontraron trabajo y viven ahora en el La Granja de San Ildefonso junto con sus dos hijos de dos y cuatro años. “Ha sido una experiencia de verdad gratificante, inolvidable, gracias al equipo de CESAL por ser multidisciplinario y apoyarnos y brindarnos las herramientas necesarias para poder ingresar e integrarnos en la sociedad. Y no nos queda más. Mi familia, mis hijos y yo, que contribuir a la sociedad con todos estos conocimientos y todos los valores y principios que nos han inculcado aquí en Cesal”, explica Génesis.
Ella tuvo que huir de su país, Venezuela, “porque era política, estaba en el partido de Vente Venezuela, con María Corina Machado, y por la seguridad de mis hijos y por la seguridad de mi familia, de mi esposo y la mía, tuve que salir de mi país”. Para sus hijos, “ha sido bastante fuerte, ha sido bastante duro, pero la ONG nos ha ayudado, nos ha dado apoyo psicológico, y de verdad que ya estamos más tranquilos y ya estamos más estables, no solo a nivel emocional, sino también profesional”.
La acogida en El Espinar, tal y como asegura Génesis, ha sido muy positiva. “De verdad que las personas de El Espinar son muy receptivas y estamos agradecidos con ellos porque sé que no es fácil estar con migrantes y con personas nuevas, pero de verdad agradecidos con ellos por ser tan abiertos, por apoyarnos, sobre todo, en el sistema educativo”.
En el centro realizan cursos que les facilitan la entrada en el mercado laboral. Por eso, se mostraba muy agradecida con “el equipo de trabajo, gracias a Nuria y Arantxa, entre otras, pudimos cumplir uno de nuestros sueños. En mi país era abogada, especialista en ciencias penales y criminológicas, y aquí me gradué en tanatopraxia y tanatoestética. Y mi esposo gerenciaba una de las empresas más importantes en Venezuela, y aquí ha podido cumplir su sueño de gestión logística y almacén”.
Génesis lanzaba un mensaje, al final de la entrevista, a las personas del municipio, señalando que “confíen, confíen en el proceso, dejen los miedos atrás y que tengan la mejor actitud, estén abiertos a los cambios, a las transformaciones, que en medio de tanta oscuridad siempre hay una luz”.