PSICOLOGÍA Y SALUD SEXUAL
En 1761, Carlos III otorga el derecho de disfrutar de las leñas secas y muertas de los pinares, situación que favoreció el desarrollo del oficio de la gabarrería en la Sierra de Guadarrama, siendo muy característico en las localidades de Navafría, Valsaín, El Espinar, Rascafría, Cercedilla, Guadarrama, etc. Actualmente, este oficio prácticamente está extinguido y vive en el recuerdo de los mayores.
El oficio de gabarrero es único y de gran exigencia profesional. Muchas veces su dureza se incrementaba por la exposición a las contingencias del monte y las condiciones meteorológicas, llegando a obtener unos resultados económicos escasos en comparación al esfuerzo y trabajo realizado.
Los gabarreros transportaban la leña del monte a lomos de sus animales para venderla, principalmente a las aserradoras de madera. Cargaban y llevaban la madera con ayuda de burros, mulas, caballos o incluso con carros tirados por bueyes. Iniciaban su jornada laboral entre las 7 y 8 de la mañana. Todos ellos salían juntos del pueblo para luego separarse por las rutas preferidas a lo largo del monte. En torno al mediodía, comían junto a sus animales, y al atardecer volvían a encontrarse camino al pueblo para ir a sus casas.
La cultura popular recoge las diferentes coplas y jotas castellanas que cantaban durante la larga jornada, así como aquellas estrategias que mejoraban el uso del hacha y las técnicas que utilizaban en zonas inhóspitas para el transporte de la leña. Todo ello pone de manifiesto ese “saber y buen hacer”. Lo que ha dado lugar al surgimiento de diferentes concursos, en diferentes modalidades y categorías como los cortadores de troncos, los campeonatos de hacheros nacionales…
La celebración de las fiestas de los gabarreros tiene la finalidad de reforzar los sentimientos de pertenecer al oficio de la gabarrería y homenajear a estos trabajadores del monte. Este año cumplirá su 25 aniversario; es decir, la XXV edición de la Fiesta de los Gabarreros de El Espinar.
Desde mi perspectiva como psicóloga, no puedo dejar de admirar la psique y mentalidad del gabarrero. A pesar de la dureza del trabajo mantenían una actitud positiva, resiliente y de mejora constante en su labor. Los gabarreros sabían coordinarse y ser capaces de trabajar en equipo, favoreciendo su eficacia y productividad al dominar este oficio autóctono con las distintas herramientas y estrategias de carga.
Esta profesión requería grandes esfuerzos físicos y psicológicos para poder cubrir las necesidades propias o del entorno. Ello era debido, a las diferentes situaciones de su entorno les obligaban a estar en constante cambio, teniendo que adaptar a los cambios estacionales y a la orografía del terreno. Luego, configuraba hombres robustos a nivel físico y mental.
Es reseñable cómo mantenían una visión estratégica productiva, trabajando no solo para subsistir económicamente sino por un mismo objetivo común mantener el monte para favorecer el ecosistema y mantener el oficio ancestral.
Tenían la capacidad de transformar las dificultades en fortalezas para poder adaptarse ante las dificultades que presenta el monte, dando lo mejor de sí mismo en aquellas situaciones desfavorables.
En general, es encomiable su capacidad de transmitir generacionalmente su emoción y motivación por mantener viva la profesión, y que este oficio no quede en el olvido.
Con los años, la gabarrería se convierte en una arraigada y emotiva tradición que se celebra todos los años en el mes de marzo. El homenaje al oficio de la gabarrería es una fiesta declarada de interés turístico regional, además de ser la seña de identidad del pueblo de EL Espinar.
La Fiesta de los Gabarreros refleja el sentimiento profundo del pueblo espinariego a su patrimonio forestal. Donde el monte ha sido y es parte de la vida de este pueblo, y sin él no se podría entender a las gentes de El Espinar.
Para finalizar, quisiera desear a todos los gabarreros y a su entorno unas felices fiestas. Sobre todo a mis proveedores de leña Jesús y Jorge, grandes trabajadores, que facilitan que tenga un invierno muy agradable.
“Los árboles contarán sus secretos a aquellos que sintonicen”. Steven Magee
Mª del Consuelo Cuenca
Psicóloga-Sexóloga
Centro AVANTI Psicología