Han pasado dos meses desde que la DANA arremetiera de manera brutal contra el municipio de El Espinar. La localidad se sigue recuperando, poco a poco, de ese acontecimiento histórico en el que cayeron en torno a 160 litros por metro cúbico en apenas 24 horas. Pero los destrozos de mayor magnitud continúan sin tener solución a corto plazo, ni visos de ella.
La declaración de zona catastrófica sigue siendo una incertidumbre. Desde el consistorio aseguran que se han emitido dos peticiones, una desde el propio Ayuntamiento y otra desde la subdelegación del Gobierno en Segovia, en las que se ha solicitado la confirmación definitiva de si el municipio está incluido dentro de esas zonas declaradas catastróficas o no.
Mientras, el alcalde Javier Figueredo señala que todas las obras pequeñas que se puedan realizar desde el Ayuntamiento ya se están acometiendo o se van a acometer, pero las obras grandes necesitan de un proyecto, una licitación y una adjudicación. El que se declare el municipio zona catastrófica, como explica Figueredo, “es bueno porque es de la manera que el dinero lo pondrían otras administraciones, pero el proceso entero es el mismo. La diferencia es quién va a poner el dinero”.
Hablar de plazos es prácticamente imposible. Uno de los problemas que está habiendo en las licitaciones de las obras públicas, en general en todo el panorama estatal, es que se quedan desiertas, es decir, que no se presenta ninguna empresa. “Hay que hacer los proyectos bien, que es lo que se está intentando, que tengan un amplio margen económico, que no vayan muy ajustados, para que sean obras jugosas o rentables para las empresas y que puedan presentarse varias”, comentaba el alcalde.
El proyecto principal, o de mayor cuantía, que el Ayuntamiento prevé realizar se centra en las calles que mayores destrozos sufrieron. Con una acometida en la que habrá que levantar hasta las calles que están bien para hacer una bóveda nueva, la obra abarca desde el inicio de la canalización del río frente a la oficina de Correos, las calles Arroyo Merlero y Yecla, “y luego hay que ver si toda la parte baja de las Peñitas, lo que desemboca en el colegio, aguanta como está o no. Porque dos tercios de la primera bóveda que hay según accedes del colegio hacia arriba están cubiertos de fangos, de arenas que arrastró el agua. Pero como es superficial, esa es la de menos, porque esa bóveda está superficial, ósea esa no llevaría prácticamente ningún tipo de proyecto como tal grande”, declaraba.
En San Rafael los mayores daños se sufrieron en la calle Menacho que quedó hundida prácticamente entera. Allí, “lo que hay que cortar ya está marcado, se está trabajando en el proyecto, que ese va a ser un proyecto pequeño, y eso se podrá arreglar bastante antes que el resto de las obras grandes de El Espinar”, explica el alcalde.
Figueredo lanza un mensaje a los vecinos de “tranquilidad y paciencia, porque independientemente de quién lo pague, que al final yo creo que eso es lo de menos quién lo vaya a pagar, los procesos que lleva una licitación para hacer esas obras pues al final son los que son, y no podemos ni acortarlos ni podemos mejorarlos”. Además, pedía “perdón a la gente en lo que no hayamos podido llegar a tiempo, en lo que no hayamos podido actuar, pero las circunstancias son las que son y ojalá con nuestros medios hubiéramos podido hacer ya la calle Yecla, la calle Arroyo Merlero, en fin, una serie de actuaciones que hay que hacer”.
El corte de las calles más afectadas por la DANA, como son Arroyo Merlero, Yecla o Petunias, va para largo. Nosotros pudimos comprobar las versiones, tras dos meses del suceso, de algunos de los vecinos que sufrieron los daños:
Vecinos de la calle Arroyo Merlero
Hablamos con la presidenta de uno de los bloques de pisos de esta calle, y nos contaba que de su garaje “se han sacado cuatro contenedores de lodo, que se dice pronto, pero son muchos. Hemos estado un mes entero sin ascensor, a pesar de que tuvimos la precaución de pararlo en la primera planta para que no se inundase; hemos estado sin la instalación eléctrica de toda la zona de garajes, sótanos y demás; seguimos con las paredes del portal destrozadas, con el cuarto de telecomunicaciones que ha habido que cambiarlo todo… y todavía queda bastante. Y con la calle cortada, claro”.
“El tener la calle cortada causa trastorno. Aquí, por ejemplo, si no consigues aparcar tienes que salir hasta Correos, dar la vuelta donde la Plaza de Toros… vamos que recorremos medio pueblo hasta volver otra vez al portal, con lo cual pues, divertido no es”, señalaba la presidenta.
Además, ponía el foco en que, “tenemos la preocupación de si llueve otra vez, qué va a pasar. Tenemos miedo de que vuelva a suceder algo parecido. O que simplemente venga otra cantidad de agua y entonces se lleve un trozo mayor de calle. Aquí siempre hubo un problema que había que solucionar porque es que esa canalización no está bien hecha, cuando nosotros tenemos entrada directa de agua haya DANA o no haya DANA”.
“Nos ha cambiado la vida en muchos sentidos a muchos vecinos”, declaraba. Algunos han perdido sus vehículos y otros hasta se han tenido que desplazar de su propia casa hasta otra de alquiler donde vivir hasta que reformen la suya. Afirman que les han faltado ayudas directas de un carácter más inmediato.
Vecinos afectados por el corte de la calle Petunias
Aseguran que “eso está mal hecho desde el primer momento. Hay un tubo muy estrecho, sobre todo a la salida donde se une donde el río. Entonces lo que pasa es que se nos mete el agua por las puertas, por los patios… pero el mayor problema es que nos sale por los desagües a borbotones, por las tazas del váter de los garajes a borbotones, entonces, claro, tenemos un problema muy gordo”.
Han pasado dos meses y “soluciones, de momento, ninguna. La calle sigue cortada. Nos dijeron en su día que la única solución que hay en esa calle es levantarla entera y meter un tubo de unas dimensiones que quepa una persona, que claro, con eso se solucionaría bastante el problema”.
Relatan que “fue un vehículo dumper del Ayuntamiento con arena, y se supone que iban a echar la arena para cerrar el hueco y ya está, y claro, no. Los vecinos no vamos a dejar que hagan eso, lo que queremos es una solución. Y si la calle tiene que estar cortada meses, pues que lo esté. Nosotros no tenemos ningún problema, entramos y salimos de nuestros garajes y ya está. Pero está claro que necesitamos una solución”.