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Las reservas hídricas de la provincia de Segovia se encuentran en buen estado, almacenando el 91% de la capacidad total embalsable, porcentaje idéntico al promedio de Castilla y León. Las lluvias de los últimos meses han ayudado a prácticamente alcanzar el máximo de capacidad de los embalses, tanto a nivel provincial como municipal, lo cual es siempre una buena noticia a las puertas de verano.
A escala nacional, las reservas de agua se encuentran al 66% de su capacidad, un 2% por encima de la media de los últimos 10 años, un dato positivo teniendo en cuenta que a principios de año se encontraba por debajo del 45%. Sin embargo, es notable la disparidad actual en el reparto entre comunidades.
Las regiones que mejor se encuentran incluyen las cuencas del Cantábrico Oriental y Occidental, con embalses que rondan el 89% y el 94% de su capacidad respectivamente, así como las cuencas internas del País Vasco y Galicia, ambas con porcentajes superiores al 80. En contraste, las cuencas del Guadalquivir (46%), Guadiana (50%), y las internas de Cataluña (29%) están por debajo de la media, reflejando una situación preocupante de sequía en estas áreas. En el sureste, la gran escasez de precipitaciones desde hace un año debido a la falta de borrascas de levante está dejando muy mermadas las reservas hídricas. La cuenca del Segura presenta un déficit de 22 puntos respecto a la media para la época del año.
La situación en Andalucía, en donde antes de la Semana Santa se había declarado el estado de emergencia, fue mitigada en gran medida por las lluvias caídas desde entonces. Ello ha permitido reestablecer el abastecimiento de agua en aquellas zonas donde tuvieron que recurrir al uso de camiones cisterna y a no tomar algunas medidas extremas que se plantearon, como la de traer agua potable en barcos durante el verano. Aun así, no hay que bajar la guardia en aquellas regiones de la península donde las reservas siguen bajas, especialmente en la costa mediterránea, ya que si no llueve después del verano, tanto el abastecimiento de agua humano como el destinado a la agricultura puede verse de nuevo comprometido.
Afortunadamente, la situación en el centro de la península es diferente y aunque hay que continuar consumiendo agua con moderación, no se prevén problemas a corto plazo.
Fernando Villalba Pinto