ARCHIVO MUNICIPAL – Yolanda González Gómez (Jefa del Archivo Municipal de El Espinar)
Un mes más seguiremos haciendo un recorrido por nuestra historia local que fue la historia de nuestros antepasados y será la historia de las futuras generaciones. En esta ocasión revisaremos cinco años, de 1861 a 1865. El escenario será El Espinar, los protagonistas, sus habitantes y sus mandatarios el Alcalde Don Matías Luengo y Don Ildefonso Quirós con sus correspondientes regidores.
Pues bien, las deudas contraídas otros años por obras de empedrado y colocación de aceras, expropiaciones de terrenos para ensanches de calles, gastos en el aceite del alumbrado, jornales pagados para recoger piñas para la sequería… son algunos de los hechos que explicaron un gran endeudamiento, a lo que se unió la falta de compradores de 2500 pinos de la Garganta, concedidos en los aprovechamientos forestales.
En este contexto, se presentaba la lucha de un pueblo por superar sus problemas, teniendo como base de su economía los APROVECHAMIENTOS FORESTALES, los pinos de nuestros montes que se subastaban año tras año, servían para cubrir las atenciones municipales, además del producto de los pastos de las cercas. Así que, del beneficio adquirido por los aprovechamientos forestales, se hacían las inversiones pertinentes para el bienestar de la población.
Durante este periodo, se produjeron mejoras en los montes, destinadas fundamentalmente a los que trabajaban en ellos y los que se encargaban de custodiar y controlar que el monte tuviera un aprovechamiento controlado. “Con los 300 pinos tronchados y arrancados por los vientos en los pinares, se acuerda construir un PAJAR EN LA ENTRADA DEL PINAR DE LA GARGANTA, necesario para las personas como para los ganados para guarecerse de los temporales, valorado en 14.000 reales. Posteriormente se decidió la construcción de UNA CASA PARA LOS GUARDAS EN EL PINAR DE AGUAS VERTIENTES por una cantidad de 2000 reales y UNA SEQUERIA y CASA DE GUARDAS DEL PINAR DE LA GARGANTA por 17.169 reales. (Plenos 19 de enero de 1981 y 21 de agosto de 1863).
En cuanto al tema del orden público, dado que la CÁRCEL DEL PUEBLO estaba en condiciones poco seguras, se acordó la construcción de una nueva porque todos los días hacían noche 10 o 12 presos. Su coste se estimaba en 50.000 reales. Pero no sólo era importante disponer de una cárcel con seguridad, sino tener un cuartel de la Guardia Civil en condiciones para el personal que realizaba el servicio en la misma población. Y como el proyecto de la CASA CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL había sido aprobado por el Sr. Gobernador de Segovia y careciendo de local en esta zona para esas funciones, se decidió sufragar los gastos que ascendían a 141.719 reales con 80 céntimos con el valor de los pinos necesarios de los pinares. (Plenos 19 de enero de 1861, 1 de marzo de 1864 y 14 de enero de 1863).
Sobre el tema industrial y comercial, “al no ejercerse por este vecindario otra industria que la de portear granos, carbones y maderas para el consumo de Madrid, se propuso la corta de 300 robles de los montes bajos de estos propios, sin cuyo auxilio no podían dedicarse a su industria ni a los acarreos de hierbas y demás mieses en la época de verano”. La idea de mantener y fomentar esta industria llevó a adoptar medidas como: Solicitar 2000 arrobas de combustible de carbón para las fraguas del pino de estos pinares y cubrir con 55000 reales la construcción de TALLERES PARA SIERRA DE MADERAS a la salida del pinar de la Garganta, al considerarse necesario que todas las sierras estuvieran reunidas en un local. (Plenos de 19 de enero de 1861, 12 de diciembre de 1862 y 21 de agosto de 1863).
Y como la industria tiene un desarrollo mayor cuando las comunicaciones son satisfactorias y adecuadas, la Corporación se reunión con los vecinos del pueblo para “comunicar que su Majestad el Rey tenía interés… en que los pueblos tuvieran sus vías de comunicación para trasladarse unos y otros, así como trasladar los productos que arrojaba la naturaleza. Se acordó se hiciesen CAMINOS VECINALES para en parte dar salida y venta en los mercados más próximos”. Se decidió proceder a la construcción de caminos de hierro, uno en las inmediaciones de las Navas de Pinares, distante 14 kilómetros de esta población. Para ello, los dos puntos de comunicación serían: “uno tomando la carretera que le dirige a la ciudad de Ávila por el Campo Azálvaro y otro por el Boquerón”. El coste de la construcción del camino se haría con los productos de propios. (Pleno de 28 de octubre de 1861).
Fue el momento para proceder al arreglo de la carretera del Ramal del Cristo del Caloco valorado en 20.000 reales. (Pleno de 19 de enero de 1861). Pero como el avance no sólo se iba a hacer por carretera, le tocaba al ferrocarril, así que teniendo conocimiento de la construcción de un ramal del ferrocarril que partiría de Segovia, marcharía por el puerto de Guadarrama e iría a empalmar al sitio de San Lorenzo, este pueblo decidió ayudar en su construcción, contribuyendo con una cantidad de 14 millones de reales. (Pleno de 20 de enero de 1863).
Lo cierto es que, si exteriormente se impulsaban nuevos caminos y se arreglaban carreteras, en el interior del pueblo las calles y las casas también serían objeto de atención en este tiempo.