ARCHIVO MUNICIPAL – ✍🏻 Yolanda González Gómez (Jefa del Archivo Municipal de El Espinar)
“Al estar en mal estado por los fuertes temporales se acordó el aprovechamiento de los pinos necesarios para atender la reparación de calles y aceras, hasta una cuantía de 60.000 reales”. Las calles que se arreglaron fueron: la C. Real, de la Fuente, del Sol, la Cadena, la Iglesia, del Olmo, las Palomas y la Plaza de la Constitución. (Pleno 12 de diciembre de 1862 y 21 de agosto de 1863). Y en esa idea de mejoras, “se informó a la población de un oficio del Gobernador en el que se aconsejaba que era conveniente proceder al blanqueo y enlucido de las fachadas de las casas, obligándose a los dueños en breve plazo a introducir las mejoras de ornato que fueren más oportunos”. La Corporación teniendo conocimiento de que “la mayor parte de los vecinos eran pobres jornaleros, viudas sexagenarias e impedidas, acordó se destinara la suma de 4000 reales para enlucirlas el Ayuntamiento, siendo un total de 116 casas”. (Pleno 6 de Julio de 1861).
Unido a estas calles se incorporaban las fuentes. El agua siempre ha sido en este pueblo tema preferente. Las fuentes surtían a los vecinos, por lo que era primordial destinar lo suficiente para mantener en buen estado las mismas. Con lo que en estos cinco años se hicieron los siguientes trabajos:
“Estando mal las cañerías de las tres fuentes públicas del pueblo se consigno 50.000 reales para su reparación”, y como el número de fuentes era insuficiente, se decidió la construcción de una cañería y una fuente pública en la Plazuela del Altozano, “tanto para el abastecimiento del agua a los vecinos, como para los ganados, así como para componer un lavadero de ropas, que existía ruinoso, empleándose los pinos suficientes hasta cubrir la cantidad de 34.000 reales valor de la obra”. (Plenos 21 de agosto de 1863 y 19 de enero de 1861). Por otro lado, por la Plaza de la Corredera, pasaban las aguas sobrantes de las fuentes, que cuando llegaba el invierno, se introducían en las casas de los vecinos., para evitar esto, se acordó construir una alcantarilla que desde la entrada de Cantarranas se uniera a otra que venía del pozo denominado de Concejo, o sea, a la esquina del Cementerio de la Iglesia. (Pleno 27 de noviembre de 1862). Y dado que en la época estival las fuentes públicas de la C. de la Fuente y Real no tenían suficiente agua procedente del arroyo del Molinillo, es por esto por lo que se decidió, llevar a estos lugares más agua de una cañería antigua titulada del Trozo Viejo. (Pleno de 29 de julio de 1865).
En cuanto a la enseñanza, fue importante el fomento de la misma a través de la ESCUELA DE ADULTOS. “De 6 a 8 de la noche 50 personas adultas acudían a recibir lecciones de primera educación, con ellas se instruían y se apartaban de concurrir a las tabernas y otros focos de corrupción. Todos los adultos, decía la corporación, son pobres trabajadores, que no pueden compensar al profesor el trabajo e interés que en su favor se toma y difícilmente sufragan el gasto que ocasiona el alumbrado (14 luces de cera vegetal)”. Por todo ello se acordó que el Ayuntamiento se encargaría del gasto del alumbrado y para satisfacción del profesor, el Sr. Bruno Ortega, se insertaría su trabajo en el Boletín Oficial. (Pleno de 27 de enero de 1863).
Y por último repasar, la sanidad. Las Corporaciones del momento consiguieron disponer de un farmacéutico titular encargado de la botica de este núcleo y de un médico exclusivo para esta población, sin compartir con ningún otro núcleo de la población. “Por orden del Sr. Gobernador se decide contratar a un FARMACEÚTICO que desempeñe la plaza de titular, con la dotación de 6 reales diarios, con la obligación de asistir gratuitamente de medicinas a 30 vecinos pobres. Además de la necesidad de la botica por los enfermos existentes en el hospital del pueblo y de las señoras religiosas del Convento de Santa Isabel”. (Plenos de 7 de enero de 1861 y 23 de octubre de 1862).
Sin embargo, el problema sanitario de El Espinar surgió, de una circular de la Junta de Sanidad en la que se decía que “un médico asistiría a las Navas de San Antonio y a El Espinar a la vez”. La Corporación, conjuntamente con el vecindario acordaron enviar un escrito al Gobernador, dándole a conocer el malestar existente por tener que compartir el médico, “existiendo una población en este núcleo de 300 habitantes, 45 vecinos en los diseminados, un destacamento de la Guardia Civil, una estación telegráfica, una importante población flotante y continuos lances de la carretera, de donde resulta que el médico estaba constantemente a caballo”. Por ello, se decidió pagar al médico 12.000 reales, facilitarle una casa, consiguiendo la atención única del médico a este lugar.
Pues bien, con esta situación, termina el año 1865, cinco años que una vez más, nos demuestran que por el Nuevo artículo de Yolanda González Gómez, Jefa del Archivo Municipal de El Espinar, la segunda parte en la que que nos remontamos a 1861 que en cualquier caso incidían en el desarrollo de este pueblo.