El espinariego Pedro Luis Arribas Moreno, y su compañero Antonio, natural de la localidad segoviana de Bernardos, han completado la IV edición de la Iberian Classic Raid. Una aventura en la que han recorrido un total de 4 etapas, desde Córdoba hasta Lisboa, con un coche de más de 25 años por carreteras y caminos llenos de piedras, barro, arena, agua o polvo, en definitiva, lejos del asfalto de autovías y autopistas.
Las etapas que han realizado, en las que han recorrido de media unos 250 kilómetros al día, los han llevado de Córdoba a Sevilla, de Sevilla a Huelva, de Huelva al Algarve y del Algarve hasta la meta en Lisboa. Pasaban prácticamente todo el día en el coche, “entre 9 y 10 horas, el día que menos hemos estado han sido 8, así que sí, todo el día metidos en el coche”, señala Pedro.
Era la primera vez que se enfrentaban a una prueba de este calibre, y aseguran que “las etapas al principio te vienen un poco grande. Te dan un `Road Book´, que es un libro de notas o viñetas donde te explican el recorrido que debes seguir, y también vamos con una Tablet, pero al principio pues te cuesta cogerlo un poco todo”.
La carrera en general se basa en etapas en las que los participantes debían llegar de un enlace a otro, con pruebas cronometradas entre medias. “Es una carrera de regularidad, no de velocidad. Porque la organización marca una velocidad máxima en los caminos y carreteras por donde tienes que ir”.
En cuanto a la experiencia en general, el espinariego asegura que “lo hemos pasado fenomenal. Es casi todo por caminos, hemos pasado por Parques Naturales, hemos cruzado ríos y arroyos, atravesado puentes, hemos subido y bajado montañas rocosas… Es una experiencia recomendable para todo el mundo. Puede ir cualquier tipo de persona. Había gente mayor, gente joven, muy buen ambiente… Hemos hecho amistades con gente de Lanzarote, con una pareja de Madrid, un matrimonio. Ha estado todo genial la verdad”.
Preguntado por la mayor dificultad de esta aventura, Pedro Luis aseguraba que ha sido “el `Road Book´, el libro de ruta, porque tienes que estar muy fino para no perderte, no perder el camino. Como vas solo, que haces tu prueba de contrarreloj, y sales con una diferencia con el anterior de un minuto, si todo va bien no le vuelves a ver hasta otro enlace. Y es que tienes que ir muy pendiente de no perderte porque si te pierdes ya se trastoca toda la jornada, que digamos. Ya llegas tarde a las demás señalizaciones, ya no puntúas, y tienes que encontrar luego el camino hacia la ruta correcta claro”.
Acabar y haber hecho prácticamente todas las etapas en los tiempos establecidos ya es todo un triunfo. Según comenta el mecánico espinariego, ha habido muchos participantes que no han logrado finalizar la prueba.
Afortunadamente, aunque los aventureros contaban con la presencia de Pedro que es mecánico de profesión, no han sufrido ningún percance que les hiciera precisar de alguna reparación durante la marcha. Lo único, “limpiarle los barros todos los días, que nos gastábamos 5 euros en los lavaderos de todo el barro que cogía”, comentaba entre risas.
Respecto al coche en el que han realizado esta prueba, un Fiat Panda 4×4 equipado con un motor 1200 y preparado con barras antivuelco, volante desplazado, sillones retapizados, ruedas de tacos para barro, llantas de aluminio, luces led… En resumen, un coche perfecto para una prueba así. “El coche se ha portado como una bestia. No nos ha dado ni un problema, ni un ruido. Le hicimos una revisión buena antes de salir, le cambiamos rodamientos, los `silentblock´, etc… pues eso una puesta a punto general, y la verdad que el coche se ha portado genial”.
De este viaje, Pedro Luis se trae al municipio “los paisajes, el compañerismo que ha habido con toda la gente que participaba y todos los amigos que hemos hecho allí. Ha estado todo muy bien”.